Robo de Identidad Riesgo de Privacidad y SeguridadLos Riesgos del Robo de Identidad  -  El 18% de los consumidores ha sido víctima de robo de identidad y los jóvenes representan el segmento más afectado por este fenómeno que pone en riesgo la privacidad y seguridad de las finanzas de los individuos.

De acuerdo con la Organización Gallup, 25 por ciento de los consumidores menores de 30 años reporta haber sido víctima de robo de identidad, según el último informe del Indice de Crédito Personal que mide mensualmente esa institución investigadora y la agencia de reporte de crédito Experian.

Por otro parte, entre los consumidores mayores de 65 años se aprecia la menor incidencia de este robo (11 por ciento), según el informe y contrario a la creencia de que los mayores de edad son los más vulnerables.
Entre los consumidores de edades intermedias, 18 por ciento dice haber sido víctima de robo de identidad.

La percepción general del público acerca de cuántos consumidores han sufrido robo de identidad, y la cantidad real de víctimas, es bastante similar, de 15 y 18 por ciento respectivamente.

Esto, en opinión de Ed Ojdana, presidente de Experian Interactive, agrega preocupación sobre el hecho de que "tan pocos consumidores estén siendo proactivos en proteger su información".

Un indicador negativo sobre el estado general de conciencia acerca del peligro y potencial estrago financiero que implica el robo de identidad es que dos tercios de quienes no han sido víctimas considera poco probable que esto les suceda.

El robo de identidad es el delito por el cual personas inescrupulosas se apropian de información personal de otros individuos y se hacen pasar por ellos para hacer transacciones bancarias, compras, tomar préstamos, y usar sus tarjetas de crédito, entre otras operaciones.

El resultado es que las víctimas son estafadas, y recae sobre ellas una responsabilidad por deudas y compromisos que en realidad nunca asumieron.

Aún en aquellas situaciones en que se logra probar que la víctima no es responsable por deudas adquiridas, el sólo proceso de tener que demostrar su inocencia puede resultar devastador. Se estima que las víctimas invierten más de 80 horas sólo a limpiar su crédito, sin contar el dilema de recuperar sus pérdidas monetarias.

Pese a que tantas personas piensan que este crimen no les sucedería a ellos, se trata de un delito ante el cual nadie debería considerarse invulnerable.

Las estrategias que usan estos estafadores son cada vez más sofisticadas, y van desde la más común de robar documentos con información personal tirados a la basura sin antes ser destruidos, hasta refinadas técnicas de computadoras para vulnerar bases de datos de instituciones.

Entre las recomendaciones que le dan a los consumidores para protegerse del robo de identidad está nunca tirar papeles con información personal a la basura sin antes destruirlos y no proveer información personal a instituciones por teléfono o internet sin estar completamente seguro de que es una entidad legítima.

Desechar y no responder a ofertas que llegan por correo electrónico.

Evitar en lo posible dar el número personal de seguro social, e incluso preguntar a instituciones legítimas que lo pidan la razón por la que lo necesitan. En ciertos casos es imprescindible, pero en otros se pueden buscar alternativas, como proveer otro documento de identificación.

Cuidar monederos y carteras, especialmente en lugares públicos. No prestar tarjetas de crédito. Muchas víctimas han sido robadas por personas conocidas.

Preguntar e insistir en que los empleadores tengan políticas eficaces para la protección de los datos personales de los trabajadores que se mantienen en sus archivos.

Revisar y asegurarse de que los portales de internet en los que se realizan transacciones tengan las más avanzadas medidas de seguridad y protección de privacidad antes de ejecutar operaciones.