Miles de familias dependen de los trabajadores domésticos para cuidar a sus hijos. Sin embargo estos trabajadores están sin una protección que ayudaría a crearles estabilidad.

En la ciudad de Nueva York, hay más de 200,000 trabajadores domésticos, muchos de los cuales trabajan horas interminables por una paga escasa. No tienen días libres, ni de enfermedad, y la mayoría no tiene ni recursos contra la discriminación. En los casos graves, estos trabajadores, en su mayoría mujeres, están abusados, como fue evidente recientemente en Long Island, donde una pareja ha sido acusada de esclavizar a dos mujeres inmigrantes.

En efecto en los Estados Unidos, la devaluación de los trabajadores domésticos tiene sus raíces en la esclavitud. Sin protección entonces y con poco progreso incluso después de la abolición de la esclavitud, el trabajo doméstico continúa dejando vulnerables al abuso a las mujeres de color.

Los legisladores estatales de Nueva York pueden dar la vuelta a esta opresiva condición pasando la Ley de Derechos de los Trabajadores Domésticos. Esta ley establecerá un salario mínimo de $12 para los cuidadores y requerirá que los empleadores les provean de seguro de salud o paguen $2 adicionales por hora.

Hoy la mayoría de los trabajadores domésticos proceden del Caribe, Latinoamerica y Asia. En consecuencia aprobar esta legislación es aún más urgente en la medida en que el Congreso se encuentra estancado con la reforma inmigratoria.

Domestic Workers United ha estado liderando una campaña para esta ley. En las menos de dos semanas que quedan para finalizar esta temporada de la legislatura, nuestros representantes electos deben hacer realidad las protecciones básicas para los trabajadores domésticos. Haciéndolo, Nueva York puede acabar con esta fea tradición que ha dejado vulnerables a generaciones de trabajadores.